Este año la vendimia se ha realizado bajo condiciones extremas. El calor agobiante que superaba los 39 grados solo se podía combatir realizando la cosecha en horas nocturnas. Los vientos cálidos del Sáhara nos traían el polvo anaranjado que se convertía en barro cuando llovía. Pero en términos de madurez este año es de lejos el mejor.